Se me escurren los días por las manos
como si fuese aquel zumo de naranjas
que exprimía la nueva madre
ante la mirada escrupulosa de la abuela.
Se me escurren las horas, los minutos,
maldita la medida del tiempo...
¡se me escurren los momentos!
La vida parece que se quiere escapar
de entre mis dedos,
la conciencia de lo efímero
regala valor al miedo
...el miedo a veces me atrapa
en la conciencia del momento...
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